lunes, 14 de marzo de 2011

La informática en la arquitectura.

Podemos encontrar dos posiciones opuestas. Por un lado la que convierte la informática en un mito y que trata de convencer al arquitecto de que los resultados se obtienen sin más que pulsar un botón. Por otro la que considera el computador como un tabú, que anula la creatividad y la capacidad de decisión más elemental. Una vez más la virtud puede estar en un término medio.
Al analizar el estado de la cuestión del uso del CAD en la arquitectura, diferentes autores insisten en la posibilidad de evolucionar en los sistemas productivos utilizando sistemas de diseño asistido por computador [Port 1989] [Feijó 1992] [Sainz y Valderrama 1992]. Descubren que existe una fuerte reticencia por parte de quienes deben tomar la decisión económica de adquirir equipos informático. El motivo más comentado es la falta de un conocimiento real de cómo llevar a cabo, usar y controlar esta tecnología. Estos autores piensan que la tecnología actualmente es adecuada.
Analizan el proceso de diseño y proponen métodos para que la gente pueda proyectar de un modo más efectivo con la ayuda de los computadores. Detrás de los planteamientos teóricos de muchos autores se halla la reflexión sobre cuáles son las aportaciones que la informática realiza al arquitecto, tanto en su formación como en el desarrollo de su labor profesional.
Para Port, tanto los arquitectos como los urbanistas realizan un esfuerzo creativo y un juicio humano que de ningún modo pueden ser realizados por el computador. Sin embargo el procesamiento de la información es una parte importante de la labor del proyectista, y la nueva “máquina-herramienta” pueda ayudar en la mecanización de esta tarea.
Esta utilización de los computadores coincide con Garrido[1989] Cuando una tecnología comienza a tener un fuerte impacto en los modos de trabajo, de ella se deben conocer:
a. Las posibilidades que ofrece.
b. Las limitaciones que posee
c. Cómo adaptarla, usarla y controlarla para obtener los mejores resultados.
En el caso del CAD, es el momento de rediseñar las propias organizaciones, creando o adaptando estructuras donde éste tenga cabida. Se deben adquirir conocimientos de CAD y evolucionar en los métodos.
Para Sainz y Valderrama [1992] es incuestionable que el computador ha entrado en los estudios de arquitectura, y ha modificado los métodos de trabajo del arquitecto. Este cambio en el modo de proyectar y de representar la arquitectura para su posterior edificación es un factor decisivo para el arquitecto de este final de siglo. Según estos autores ésta es una realidad incontestable que los profesionales han de aceptar irremisiblemente. Esta transformación se debe a la aplicación de los desarrollos tecnológicos a una profesión hasta hace muy pocos años prácticamente artesanal.
Para estos dos autores casi todos los arquitectos consideran adecuado utilizar el computador para labores pesadas y repetitivas que en muchas ocasiones son realizadas por otros técnicos (memorias, pliegos de condiciones, presupuestos, cálculo de estructuras e instalaciones). Pero son pocos los que ven con entusiasmo la posibilidad de concebir y diseñar sus proyectos desde el primer momento delante de una pantalla, en lugar de hacerlo ante su tablero de dibujo.
Para Feijó [1992] el profesional de la arquitectura debe adentrarse en el mundo de la informática y aprovechar la alta eficacia en las tareas de materialización de los proyectos de arquitectura. Sin embargo advierte sobre el peligro de pensar que sea la panacea de la arquitectura, ni que vaya a sustituir al arquitecto. Afirma que es una potente herramienta al alcance de aquellos que no quieren perder el tren del progreso.
Según Fargas [Fargas et al 1993] el uso de las nuevas tecnologías intervendrán en el modo de proyectar, en la misma génesis del proyecto. La concepción del estudio de arquitecto se verá modificada. surgiendo nuevas situaciones desconocidas hasta ahora como es el triángulo de diseño. Tradicionalmente el arquitecto se enfrentaba personalmente al proyecto y personalmente conocía todas las herramientas para ejecutarlo, aunque la labor del delineado final fuese realizada por otros profesionales con plumillas o un programa de CAD 2D. Sin embargo cuando el propio proceso de diseño desde su génesis se realiza con un sistema CAD si el arquitecto no conoce adecuadamente la herramienta informática requiere de la presencia constante de un especialista en CAD que trabaje con el sistema. En una situación extrema nos encontraríamos que el arquitecto sería la cabeza pero no las manos.
Para algunos arquitectos supone una transformación de su forma de trabajar, para otros más jóvenes es el modo de entrar en el mundo profesional. Sin embargo muchos arquitectos piensan que no se hallan capacitados para “subirse al tren” del trabajo informatizado, fundamentalmente porque supone un cambio radical en el método de trabajo. Según Lizón [1991] existen tres categorías de arquitectos en relación a la utilización de la informática:
- El que se está introduciendo o no ha llegado a hacerlo.
- El que ya ha llegado a utilizar los sistemas de CAD para desarrollo de sus proyectos, pero mantiene una insatisfacción respecto al método a emplear.
- El que ya ha asumido el proceso de CAD como una herramienta más y está preocupándose de las nuevas herramientas que ayudan a comunicar su idea. Estos se encuentran con las posibilidades de los sistemas multimedia y todos los híbridos de su generación (imagen sintética, infografía, digitalización de imágenes, animática…)
 
 Herramientas de automatización al servicio del arquitecto

Unas adecuadas herramientas de automatización facilitarán el desarrollo de las tareas. Asegurarán la efectividad y eficiencia en alcanzar las logros previstos. La elección se realizará según consideraciones que tengan en cuenta el software, los sistemas operativos y el hardware [Shih 1993]. Shih plantea una relación de herramientas de automatización. Esta lista corresponde a diferentes tareas que el computador puede realizar en apoyo de la labor del arquitecto.
 
 Herramientas de automatización
 
Podemos llegar a la conclusión de que existe un amplio de actividades arquitectónicas donde la informática puede ser un medio adecuado para realizar las tareas que tradicionalmente se han realizado con otros medios. No queremos ahondar en el análisis de la oportunidad y eficacia de las aplicaciones informáticas concretas que en cada uno de estos campos existen. Sería una labor muy interesante analizar la eficacia de cada uno de estos programas pero escapa de los límites de esta investigación.
A continuación hacemos un reflexión sobre la posibilidad de automatizar los siguientes procesos arquitectónicos:
- La génesis del proyecto.
- La generación de documentos de proyecto.
- La comunicación del proyecto
- El control de ejecución del proyecto

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